
Formentera es una de las islas que componen el archipiélago Balear, junto a Ibiza, Menoría y Mallorca, el cual está situado al sureste de España. Esta es la isla con la menor cantidad de población y la 4 más pequeña del archipiélago.
Los primeros registros de Formentera
El primer indicio de la existencia de la población en esta isla data del periodo entre 1600 y 1900 a.C., en la forma del sepulcro megalítico de “Ca na Costa”. Luego de un largo tiempo que pareció estar despoblada, se vio la llegada de los griegos, quienes le dieron el nombre de “Pitiuses”, y posteriormente, alrededor del 200 a.C, llegó el imperio romano, evidenciado por varias ruinas, quienes le dieron el nombre de “Fuermentería” y permaneció hasta el siglo V.
Vida media y conflictos por su propiedad
Formentera fue protagonista de una gran cantidad de conflictos para obtener la propiedad del terreno. Alrededor del año 711, llegó a la isla el imperio musulmán y con ellos sus conocimientos de agricultura, lo que dejo una marca en la isla visible hasta la actualidad.
Sin embargo, este imperio vio la expulsión de la isla alrededor del siglo XIII y paso a ser propiedad del reino de Aragón. Más tarde, en 1256, Jaume II proclamo a la isla parte del reino de Mallorca, pero 100 años más tarde volvió a ser propiedad de Aragón.
En 1462, con el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, la isla pasó a ser territorio de actual España y vio una población establecida, pero no duró, pues con el descubrimiento de nuevas tierras por Cristóbal Colón las islas del mediterráneo decayeron.
La vuelta a Formentera
La isla vio su resurgimiento a finales del siglo XVII, cuando las personas comenzaron a regresar, y hasta mediados del siglo XIX se mantuvo de la pesca, la agricultura y la sal. Sin embargo, en ese tiempo la isla vio un gran número de emigraciones debido a las fuertes condiciones de vida. Además, cuando azotó la Guerra Civil, entre 1936 y 1939, Formentera sufrió una gran cantidad de daños.
Luego de la guerra, la isla comenzó a ver un flujo de turismo que fue elevándose rápidamente, lo que le dio una nueva vida que sigue fuerte hasta el día de hoy.